Al final de todo, el túnel de esa feria arrojó una luz esperanzadora en
nuestro panorama literario.
“Esperemos que eso sea una cultura, y que dejemos de tener el cliché de
ser un país donde la gente no lee”, afirmó el muy traducido y también prolífico
escritor, Juan Tomás Ávila Laurel, en la apertura de las actividades del cierre
de esa feria de libro; un cierre que, paulatinamente, ha ido aglomerando a más
escritores y escritoras de lo previsto, en un perfecto e histórico escenario
como la plaza de Ela Nguema.
“Ela Nguema, más que una ciudad antigua, es también una ciudad con mucha
historia. Nuestro cementerio, por ejemplo, guarda mucha historia, y sería
bueno recopilarla”, dijo el alcalde de Ela Nguema, Roger Job, a la vez que
agradecía a la organización haber elegido esa ciudad como escenario.
La actividad ha contado con la
representación de varias embajadas que, más que patrocinar el evento, no descartan
seguir potenciando la literatura en Guinea Ecuatorial. “Es una
buena iniciativa. Nuestra Embajada está dispuesta a apoyar proyectos culturales.
Y próximamente donaremos doscientos ejemplares de libros a distintos centros culturales”,
señaló Marion, representante de la Embajada de Camerún; un proyecto literario
que de igual modo implementará muy pronto la Embajada portuguesa: “nuestra embajada muy pronto repartirá más de
doscientas obras de literatura lusa, pero que, por motivos logísticos, ahora no
podemos comunicar el espacio a realizar dicha actividad. Y esperamos hacerlo
muy pronto”, confirmó Virginia, asistente y representante de la Embajada de
Portugal.
Con la exposición de las obras de autores y autoras como Trifonia Melibea Obono, Mito´a Ondo, Felipe BENO, Isabel Mikue Rope, y actividades de entretenimiento como lectura infantil, slam de poesía, incluso obras teatrales, la clausura de esa feria nos ha dejado momentos únicos e inolvidables, y hemos presenciado emoción, compromiso, creación de sinergias, etc.
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