La evolución del tráfico en Guinea Ecuatorial

El estado de tráfico no ha parado de mejorar. Las autoescuelas han proliferado y los agentes han endurecido las normas en las carreteras.



Anteriormente sonaba totalmente ridículo hablar de respetar las normas de circulación en nuestras carreteras. Las señales de circulación en las carreteras y los semáforos eran un lujoso adorno con los que podíamos presumir de tener en nuestro país lo mismo que otros países. Creíamos que nos bastaba con tener las calles y avenidas bien relucientes de unos postes con luces llamadas semáforos; otros, simplemente pensaban que el respeto de los códigos de circulación era sólo labor de los agentes de tráfico. El carnet de conducir era totalmente desconocido.

Por aquel entonces, por lo general todos aprendían a conducir buscando a algún amigo, cuñado, etc. No faltaba quienes cobraban por hora o jornada a otros que quisieran aprender a conducir. Todo era casero. Eso que resultaba quizás divertido llevaba al país a enfrentarse a una elevada tasa de accidentes en carreteras, tanto que el porcentaje mensual de muertos en accidentes era cada vez mayor. Las vueltas a la playa Arena Blanca, la muy conocida “vuelta a la isla” en Malabo; las playas de Bome, las vacaciones de fines de semanas al interior de la parte continental, etc. por citar algunos ejemplos, son las aventuras que más víctimas se han llevado en nuestras carreteras, a consecuencia del desconocimiento del código de circulación, por no hablar del alcohol sobre volante y la alta velocidad. “Nos habíamos de juerga a la playa, donde bebimos mucho. A la vuelta, veníamos con una velocidad que ya no pudimos. Nos estrellamos con un contenedor”- recuerda Amanda, superviviente de un accidente de coche en la playa Arena Blanca.
Todo ello, a causa de inexistencia de las autoescuelas en nuestro país por entonces.

Aparecen las primeras autoescuelas

Durante los primeros años en que aparecen las autoescuelas en nuestro país la situación anterior respecto al tráfico parecía mantenerse intacta. Esas primeras autoescuelas, como la de MODJÓ, por citar alguna, se veían prácticamente vacías, mientras las calles se llenaban cada vez de coches de todos los modelos y la Dirección General de Tráfico se inundaba cada día de aquellos conductores que debían pagar las multas que habían contraído de los agentes de tráfico en las carreteras.

Con el endurecimiento de las normas de tráfico comenzaron poco a poco a llenarse las autoescuelas. Ya se preocupaban los conductores por el permiso de conducir. Desde entonces se empezó a respirar aire de seguridad en nuestras carreteras.

Por el año dos mil doce, y con la reforma del gobierno, llega a Jesús Ngomo a la dirección general de tráfico y las normas de tráfico se endurecieron aún más. “No perseguiré a nadie que no cometa infracción en las carreteras”- declaró el señor Ngomo ante a los medios en su despacho tras su toma de posesión.

Las mejoras que han conocido nuestras carreteras
Los avances en el tráfico de nuestro país no sólo se han dado en los conductores en aspectos de respetar los códigos de circulación.

Con el traspaso del tiempo nuestras carreteras han ido cambiando notablemente de aspecto. La imagen es cada vez distinta. La implantación de los semáforos en las calles ha ayudado al buen fluido de circulación. los suelos de las carreteras están visiblemente pintados: las curvas, los pasos para peatones, la separación de los carriles, etc. han contribuido a la reducción hasta un cierto nivel de las muertes en las carreteras. “Ya hemos mejorado en muchos aspectos nuestro tráfico, pero somos conscientes de que nos queda bastante por hacer”- explica un agente de tráfico.

La dirección general de tráfico es consciente del largo camino que queda por recorrer, como combatir los casos de la alta velocidad y el consumo de alcohol sobre el volante, situaciones para las que han pensado implementar las pruebas de alcoholemia, así como también siguen con la tarea de los reductores de velocidad en las carreteras.

NCHUCHUMA MBASOGO

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